- Muerte súbita -

Odio este sentimiento,  esta emoción.  Odio tener que esconderme y ser cómplice de tu traición.  No más mentiras y mucho menos largas esperas. No más sufrimiento, ni ansias, no más decepciones, ni luchas internas. Muerte súbita es la respuesta.

Largo de mi vida; vete de una vez,  tienes miedo de perder y lo mismo pasa al revés.  Una y otra vez.

Imposible leerte y dejarte de ver, muerte súbita es la respuesta a todo este enredo que comenzó alguna vez.

Largo de mi vida, déjame de una vez; acaso no te das cuenta lo que duele y lo que cuesta darse cuenta que no se lucha otra vez.

Muerte súbita es la respuesta a esto que siento y debo hacer.

- El arte de decir adiós -

¿Será posible?  decir adiós...

Constantemente, me pregunto qué será más fácil, tener la oportunidad de decir adiós lentamente, o simplemente aceptar el adiós sin opción aparente.

Creo que es difícil decir adiós a pausas.  La ansiedad y frustración que se apoderan del corazón, es difícil sacarla.  Pero también me pregunto qué pasa más allá de quedarse con las ganas de decir tantas cosas y ni siquiera poder decir un adiós.

Quién se atreve a decirme qué es mejor?  con base a qué?  cada uno de nosotros sentimos, pensamos y manejamos las situaciones de diferente manera.  ¿Cómo sé yo que lo que tú crees es lo correcto o lo mejor?

Dilemas, dilemas y más dilemas los que la vida nos da.  En este instante, un dilema más.
Quisiera no poder sentir.

- En tu habitación -

Esta noche te escribo algo, algo para volar tu imaginación.  Haz de cuenta que estoy contigo, tu y yo solos en esa habitación.

Qué es lo primero que harían? -  pregunta una amiga.
Quitarte la ropa - contestaría.

No te sorprendas. Besa mi boca, bésame con picardía, al fin y al cabo es solo una historia,  una historia que entretendría.

Deja que mi imaginación vuele, que mis deseos se congreguen; mis manos, mi cuerpo, mi mente te llene.  Qué quieres hacerme, acaso poseerme? Qué te gusta? Volverme loca? Usa tus manos y usa tu boca. Conquista mi sudor y bebe mi pasión,  hazme tuya, haciéndome el amor. Comienza por mis labios y sigue por el cuello; allí es donde siempre yo cedo. Dame la vuelta y escribe sobre mi espalda y date cuenta como me estremezco. Besa lentamente mis lunares, recórreme al frente, no hay forma de poder parar el deseo.  Abrázame, abrázame fuerte y y deja que sienta ese machismo justo en el centro. Fuerte y duro, tal cual como tu gozo y tu deseo, embrocando tan dentro, todo tu cuerpo.  Frío, sudoroso y con ardiente deseo, haciéndome tuya sin ningún consuelo.

Dame la vuelta, deja que te vea, que vea con que saña llegas hasta adentro. Te gusta? gozas? Disfruta el momento, porque dentro de poco, estarás muerto...

- Frío -

El frío,  inherte, que se cuela por mi ventana; atraviesa las sábanas y mi ropa,  se cuela por cada agujero y penetra en mis huesos. Duele.

Duele cada una de las articulaciones. Ambas rodillas, ambos tobillos. No sé cómo entrar en calor y concebir el sueño.

Sueño.  Tu cuerpo trata de acercarse, acurrucarse en este lecho de amor. Darme calor.

Calor que con frío se convierte en un tremendo escalofrío.  Escalofrío de añoranza y de ternura, de un juego de locura. Locura y pasión. 

Pasión desenfrenada que necesito, de robarte un beso y acaricio; sí,  sin miradas ni ruidos. Sin temores ni fríos. Acaricio tu cuerpo así dormido, acurrucado junto al mío.

Se me va el frío.