Si las lágrimas pudieran hablar y contar lo que mi boca no puede; y pudieran escuchar tus palabras y transformarlas en notas musicales que no le hagan daño al alma.
Si las lágrimas fueran suspiros pausados de los que te quitan el habla y momentos perdidos entre los hechos y el tiempo. Si tan solo fueran abrazos entregados en demora junto con sonrisas y caricias.
Estas lágrimas no son de felicidad ni de alegrías recibidas, son de tristeza por una vida perdida. Son de dolor por la falta de sabiduría, falta de coraje y valentía.
Solo son lágrimas, lágrimas mías.