Hundida en la reverencia de un recuerdo antagónico, incapaz de revelar, de aceptar, de compartir. ¿Cómo? Fui capaz de revelarme y convertir este sentimiento en un recuerdo desenfrenado de pasión inédita y sin fundamento.
Aquí me encuentro, deseando un momento de aventura, una huída de mi propia realidad y sin principios básicos. Un momento fugaz.
Deseo viajar en el tiempo, justo a ese momento en el que nuestros brazos se encuentran, se abrazan. Nuestros labios se besan loca y apasionadamente, juntando y mezclando nuestras lenguas en un juego que solo tú y yo disfrutamos. En el que nuestras manos descubren el toque eléctrico de deseo que transmiten nuestros cuerpos y ese ardor abrazador de nuestros sexos.
No hace falta ver para sentirte. No hace falta hablar para escucharte. No hace falta tocarte para hacer el amor.
¿Cómo? ... Imposible.