domingo, 25 de diciembre de 2016

- Llega diciembre -

Si diciembre hablara...
Contaría las historias más dulces, esas que se llenan de amor y caricias.  Esas que traen los recuerdos más bellos y las sonrisas más sinceras.  Esas en donde la paz y la armonía reinan y donde tratamos de ser mejores.

Si diciembre hablara...
Contaría nuestra historia.  Esa que año con año se repetía, constantemente.  Esa que a pesar de los años, cumplía un papel importante en nuestras vidas: Estar juntos.

Diciembre no es lo mismo ahora.  Diciembre es aburrido y sin gracia. No es armonioso, aunque sí reina la paz: mental y espiritual.  Prefiero los diciembre de antes, donde mi corazón sonreía todos los días, sabiendo que en enero lloraría. Los diciembre donde me sentía viva, aunque luego moriría en vida.  Esos diciembre que se alegraban con una mirada, con una sonrisa, con un no hacer nada.  Esos diciembre.

¡Felices fiestas!  donde quiera que estés.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

- Volver a respirar -

Mi cuerpo me habla, se enferma, se estresa, no descansa.  Mis noches se vuelven cortas y mis días demasiado largos y aún así, no me alcanzan.  Me pregunto ¿en qué momento me desorganicé?

La vida me está corriendo, no quiero ir tan de prisa, quiero parar, quiero caminar, quiero respirar.  Me siento agitada, agotada. Ya no quiero verme así, ya no quiero guardar silencio, ya no quiero ocultar el dolor, ¡ya no quiero!

Quiero volver a respirar, sentirme libre, sentir mi cuerpo, mi mente y mi alma.  Quiero ser el grito que no calla lo que siente, quiero todo diferente.  No quiero muros de cristal, ni piedras de arena.  No quiero mares de agua dulce, ni deslaves de palabras.



Solo quiero volver a respirar.

miércoles, 5 de octubre de 2016

- Noches de luna -

Poco a poco, la tarde termina y se asoma la luna.  Esa luna que te sigue todas las noches. La que sabe sobre tus alegrías, tus tristezas, tus penas y tus angustias.  La misma luna que se vuelve una sombra en tu andar.  La que se oculta tras el amanecer y se lleva tus secretos, incluso los más profundos. La misma que nos une en la distancia.  Esa, esa luna.

En mi andar, he platicado con ella; incluso, he llorado con ella y también he reído.  Esa luna que guarda todas mis ilusiones y mis más pretenciosos deseos.  Esa luna que ha sido mi espía y mi confidente y, por que no, la que me ha acompañado en mis noches de locura y también las de pasión.  

A ella, le debo desvelos y recuerdos, compañías y desaciertos.  Le debo la luz de mis noches enteras, algunas en parques, otras reflejadas en el mar.  ¡Qué luna!  Luna que me ha hecho suspirar, que me ha robado el aliento y que ha estado en mis desalientos.  A través de ti, puedo hablar.  Me puedo expresar. Puedo sentir.  

Cada una de tus etapas representa una manera de hablarme.  Guardamos un lenguaje que solo tu y yo entendemos; ¡Nos entendemos! mi fiel amiga.  Gracias por  reflejarte sobre mi.


miércoles, 21 de septiembre de 2016

- Viajar ligero -

Un año más que llega el mes de septiembre y, con él, las celebraciones patrias.  Septiembre siempre ha sido un mes en el que yo disfrutaba estar en mi tierra y añoraba los días extrañando estar allá cuando no podía ir. Siempre que iba, disfrutaba de sus fiestas, de la feria, las reuniones en el parque, los desfiles rumbo al campo de la feria, la entrada del Liceo, el grito de independencia, las parrandas y mi tan rica y deliciosa Cabro que nunca puede faltar.

Sin embargo, este año fue diferente. Por primera vez, en 20 años, no extrañé las fiestas de independencia ni soñé con estar allá.  Algo cambió. La verdad no entendía qué había pasado, hasta ayer que, platicando con un amigo, creo haber comprendido lo que sucedió.

Justo en las fiestas de la independencia de hace 20 años, conocí a alguien que cambió mi vida para siempre.  Gracias a él, conocí un grupo de amigos que se convirtieron en hermanos.  Ayer hablábamos de las cosas y personas que nos habían enseñado algo profundo y yo logré expresar, y en verdad quisiera que me leyera para que lo supiera, que tanto él como el grupo completo, me enseñaron a viajar ligero, ¿cómo así?

Recordábamos todas las veces que viajamos sin planes y sin motivos y que el mejor acompañante de todos (no único, porque yo nunca pude) fue el cepillo de dientes.  Sí, la mayoría decía ¡Orale! y agarraba el cepillo de dientes y nos íbamos.  Y realmente, lo veo como una lección de vida.  No necesitamos nada para ir a donde vamos.  No necesitamos cargas ni equipajes. No necesitamos modas. No necesitamos estigmas. No necesitamos estereotipos. ¡Nada!  solamente, las ganas, la actitud y el deseo.

Son tantas las anécdotas para compartir que si las describiera, pues toparía el espacio que me da Blogger para desahogarme, pero una de las lecciones de vida fue esa: "Viajar ligero".

Creo también que por primera vez, no quise ir a Xela, porque comienzo a viajar ligero.  Ya no lo llevo a todas partes ni quiero encontrarlo en ellas.  Comienzo a viajar ligero acompañada de lo que tengo y quiero.  Fue rico darme cuenta y hoy quiero agradecerle por eso.  Gracias por viajar conmigo y por dejar de hacerlo.  Espero que también logre viajar ligero y que si en algún momento nos topamos en el camino, sea con nuestros cepillos de dientes....dispuestos a sonreír.

=)

domingo, 31 de julio de 2016

- Las creencias -

Las creencias se ramifican y se convierten en miles de hojas que cuelgan de las diferentes ramas de un árbol.  Así es la vida, llena de ramificaciones que terminan en una y mil creencias que definen tu ser, tus acciones, tus decisiones...en fin, tu vida.

Por mucho tiempo, "creí" haber resuelto y superado muchos temas, situaciones, eventos, personas. Este mes, me di cuenta que una cosa es "creer" haberlo resuelto y superado de manera consciente, pero otra muy diferente es cuando le preguntas a tu inconsciente.

Y no solo es preguntarle a tu inconsciente, porque cuando le preguntas y te cuestionas, el debate comienza. Sí, porque la pelea del consciente y el inconsciente puede llegar a ser agotadora.  Sin embargo, es satisfactorio cuando logras darte cuenta que está resuelto, consciente e inconscientemente (o al menos, eso "crees").

Lo bueno de todo este laberinto de creencias es que llega la esperanza y ésta se convierte en un tranquilizante mental.  Una droga que te duerme y te hace soñar.  Y cuando "crees" que tu sueño va de lo mejor ¡Zaz! que llega la vida y te hace enfrentarte a la realidad, si no de manera directa, la indirecta es...las hojas caen del árbol, pero siempre vuelven a nacer....¿no "crees"?


miércoles, 8 de junio de 2016

- La comunicación - (Para ti, papi)

Nunca había pensado realmente en la importancia de la comunicación.  Cierto, todo el mundo te dice que debes aprender a comunicarte y desde que uno es pequeño, tus padres comienzan a enseñarte palabras y a repetirlas constantemente para que se te queden.  De pronto, dices tu primer palabra: "mamá".  No quiero quitarles la emoción a las madres, pero también hay quienes tienen otras primeras palabras, pero la que suena más a menudo o se entiende mejor es esta, mamá.

Luego, comienzas a hablar de la manera que quieres y todos comienzan a corregirte y a enseñarte a hablar.  Esto implica la conjugación de verbos, el uso correcto de los pronombres, artículos, adverbios, adjetivos, etc.

También hay quienes a muy temprana edad comienzan a aprender otros idiomas y entonces comienzan a mezclar ambos idiomas, el materno y el segundo idioma y vuelven su hablar en un "chirmol" de palabras que solo ellos, o los que han pasado por eso, entienden. Pero poco a poco comenzamos a perfeccionar nuestra forma de hablar.  Comienzan a enseñarnos también a hacer preguntas.  Yo tuve una maestra, a quien recuerdo con mucho cariño, que tenía un dicho que decía: "El que no sabe, que aprenda" o "Si no sabe, pregunte" y es así como poco a poco comenzamos a quitarnos la pena de querer aprender y de dejar de ser ignorantes.

Luego también tenemos la etapa de las parejas o en los matrimonios que uno de los consejos que más te dan en las despedidas de solteras es: "Aprendan a comunicarse"  "Cuéntense todo". Sin embargo hay parejas o personas a las que nos cuesta expresarnos o comunicarnos.  Algunas lo hacen de una mala manera, otras no lo hacen.  Pero así, poco a poco vas aprendiendo qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo.

Por último, llegamos a una etapa en la que comunicarse puede tornarse difícil.  Las enfermedades se llegan y el cuerpo se deteriora.  Y es justo de este momento o experiencia de la que quiero hablar.  

Hace unos días, tuve la bendición de poder compartir un poco con mi papá.  El ha sufrido de micro-infartos a nivel cerebelo y poco a poco ha ido perdiendo sus habilidades motrices y del habla.  En los últimos días, estos micro-infartos se han ido acelerando y cada vez es más difícil para él comunicarse y para nosotros entenderlo.  Hay pequeños momentos en los que se le logra entender un poco más y fue justo en uno de esos momentos en los que tuvimos la oportunidad de conversar y él me contaba cosas que le estaban sucediendo (parte de su enfermedad que él no entendía) y me tocó explicarle con las palabras más sencillas y la manera más amorosa lo que le sucedía.  Él comprendíó perfectamente lo que a su cuerpo le estaba pasando.  Comprendió que ya no habían esperanzas de volver a caminar. Comprendió que poco a poco iba a dejar de utilizar sus brazos y manos.  Pero hubo una cosa que él no logró comprender o quizás no logró aceptar y me preguntó: "y, entonces, ¿cómo vamos a hacer para comunicarnos? (lágrimas le brotaron de sus ojos aguados).

¿Cómo puedes contestar una pregunta tan dura?  contestarla de una manera que él pudiera entender y encima con el corazón partido teniendo que aparentar estar fuerte y segura de tus palabras.  ¿Por qué en todo el aprendizaje que te dan desde pequeño no te enseñan a responder preguntas de esta magnitud y a comunicarte "como debe ser"?

Yo no estoy segura si la pude contestar bien.  No estoy segura si me pude comunicar bien.  No estoy segura.  No pude ser fuerte, mis ojos se llenaron de lágrimas (y lo siguen haciendo), mi voz se quebró, le agarré la mano y le dije (tratando de verlo a los ojos, aunque sin poder hacerlo pues él miraba hacia otro lado): "Papito, siempre vamos a encontrar la manera de comunicarnos. Nosotros somos pilas y siempre encontraremos formas y si no logramos hacerlo con palabras, lo vamos a hacer con el corazón". Él respondió: "Bueno"

Te amo papi, Siempre te amaré y siempre encontraremos la manera, te lo prometo.




martes, 3 de mayo de 2016

- El atrapasueños -

La noche estaba fría, pero el corazón se sentía cálido, feliz, sonreía y la libertad se sentía presente.  No lo imaginé y  tampoco lo soñé. Estaba cerca, estaba solo, rodeado, pero solo.  No sé si fue su sonrisa, su mirada o la coincidencia.  Nos encontramos. 

Las cualidades que se hacen presentes sacando lo mejor de sí, la transparencia y la libertad de expresión que se asomaba y se convertía en el mejor aliado, pues a quién íbamos a engañar, si nuestras almas ya se conocían, no de ahora, posiblemente de otra vida.

Después de tanto tiempo, compartimos tan poco, pero el suficiente como para recordar que los sueños no escapan de uno, sino uno escapa de ellos.  Ese sueño por luchar y conseguir lo que se quiere, metas claras y con sentido: Ser libre.

Sí, ser libre de poder hacer, sentir, decir lo que se quiere, sin el miedo y sin la culpa.  Sin la decepción.

Me topé con mi atrapasueños en el camino menos esperado y en el momento más ansiado.  Una crisis existencial me acompañó en ese encuentro, pero comenzó a quitar el temor y comencé a realizar un cambio para poder regresar al camino del que había logrado perderme.  Me di cuenta que la dirección no es la correcta, aunque la vista y la experiencia ha sido bella.

Estoy dispuesta a tropezar en el camino de regreso y a ver para arriba y al frente durante el recorrido, no sé qué vaya a encontrar, pero sí sé dónde quiero terminar.  Te reencontré y creo saber cuál es tu misión para mi vida y te quiero en ella. 

"Atrapaste un sueño y lo dejaste correr". ¡Gracias!


miércoles, 10 de febrero de 2016

- El amor crece en la sombra -

Hoy, tuve una plática interesante con quien, por el momento, es mi guía personal.  Dentro de la misma, yo le cuestionaba el hecho de si realmente la emoción que nosotros sentimos al ver al alguien, ese hormigueo, "aguadez" de piernas, temblor de cuerpo, falta de control en uno mismo, etc., realmente existía, es decir, realmente es generado inconscientemente o si era parte de lo que uno creaba con la mente (no sé si logré explicarme bien, pero el asunto era ese). 

Después de una larga explicación en la que me mencionó dos frases que por algún motivo se grabaron en mi mente: 1. La tumba del amor es el matrimonio; 2. El amor crece en la sombra, su respuesta más asertiva fue: "Según mi experiencia personal y clínica, la verdad, mi respuesta es: no sé".

Él me explicaba que en muchas ocasiones mientras más se convivía con la persona y se llegaba a conocer, el amor se transformaba y en ocasiones se moría. Pero qué pasaba con aquel amor que no se alimentaba a diario, que se mantenía bajo la sombra y que de vez en cuando le caía un rayo de luz; ese amor normalmente se mantenía, porque no había motivo, razón o circunstancia para morir.  Solo estaba allí, en la espera.

Diferí un poco de lo que me explicaba, pero realmente me puso a pensar.  Yo no quiero un amor que crezca en la sombra y tampoco enterrar un amor por matrimonio.  Yo quiero un amor que crezca a la luz de la luna, que baile bajo la lluvia, que resplandezca sobre las estrellas, que vea el amanecer y se alimente del sol.  Quiero un amor, si no para toda la vida, que me haga tan feliz que no tenga necesidad de volver a amar.  Quiero un amor que me alimente la vida y que me la complemente.  

En otra ocasión, hablando con un amigo, me dijo algo que también me hizo mucho sentido: "Él/Ella formó parte de la etapa más feliz de mi vida y por eso necesito saber que está allí" y eso es cierto, las personas que formaron parte de la etapa más feliz de nuestras vidas, de alguna u otra manera, necesitamos tenerlas cerca, saber que están allí y, sobretodo, saber que están bien.  

En resumen, a pesar que pueda ser cierto o no lo que se platicó o se dejó de decir, si me expliqué o no, no importa, como lo hablamos hoy con él, quizás en 20 años podremos tomarnos un café...o no...




- Las jaulas de oro -

Hay sueños que solo existen en tu cabeza.  Historias que te creas y quisieras se volvieran realidad.  Amores que nunca olvidas; profesiones ...