miércoles, 8 de junio de 2016

- La comunicación - (Para ti, papi)

Nunca había pensado realmente en la importancia de la comunicación.  Cierto, todo el mundo te dice que debes aprender a comunicarte y desde que uno es pequeño, tus padres comienzan a enseñarte palabras y a repetirlas constantemente para que se te queden.  De pronto, dices tu primer palabra: "mamá".  No quiero quitarles la emoción a las madres, pero también hay quienes tienen otras primeras palabras, pero la que suena más a menudo o se entiende mejor es esta, mamá.

Luego, comienzas a hablar de la manera que quieres y todos comienzan a corregirte y a enseñarte a hablar.  Esto implica la conjugación de verbos, el uso correcto de los pronombres, artículos, adverbios, adjetivos, etc.

También hay quienes a muy temprana edad comienzan a aprender otros idiomas y entonces comienzan a mezclar ambos idiomas, el materno y el segundo idioma y vuelven su hablar en un "chirmol" de palabras que solo ellos, o los que han pasado por eso, entienden. Pero poco a poco comenzamos a perfeccionar nuestra forma de hablar.  Comienzan a enseñarnos también a hacer preguntas.  Yo tuve una maestra, a quien recuerdo con mucho cariño, que tenía un dicho que decía: "El que no sabe, que aprenda" o "Si no sabe, pregunte" y es así como poco a poco comenzamos a quitarnos la pena de querer aprender y de dejar de ser ignorantes.

Luego también tenemos la etapa de las parejas o en los matrimonios que uno de los consejos que más te dan en las despedidas de solteras es: "Aprendan a comunicarse"  "Cuéntense todo". Sin embargo hay parejas o personas a las que nos cuesta expresarnos o comunicarnos.  Algunas lo hacen de una mala manera, otras no lo hacen.  Pero así, poco a poco vas aprendiendo qué hacer, cómo hacerlo y cuándo hacerlo.

Por último, llegamos a una etapa en la que comunicarse puede tornarse difícil.  Las enfermedades se llegan y el cuerpo se deteriora.  Y es justo de este momento o experiencia de la que quiero hablar.  

Hace unos días, tuve la bendición de poder compartir un poco con mi papá.  El ha sufrido de micro-infartos a nivel cerebelo y poco a poco ha ido perdiendo sus habilidades motrices y del habla.  En los últimos días, estos micro-infartos se han ido acelerando y cada vez es más difícil para él comunicarse y para nosotros entenderlo.  Hay pequeños momentos en los que se le logra entender un poco más y fue justo en uno de esos momentos en los que tuvimos la oportunidad de conversar y él me contaba cosas que le estaban sucediendo (parte de su enfermedad que él no entendía) y me tocó explicarle con las palabras más sencillas y la manera más amorosa lo que le sucedía.  Él comprendíó perfectamente lo que a su cuerpo le estaba pasando.  Comprendió que ya no habían esperanzas de volver a caminar. Comprendió que poco a poco iba a dejar de utilizar sus brazos y manos.  Pero hubo una cosa que él no logró comprender o quizás no logró aceptar y me preguntó: "y, entonces, ¿cómo vamos a hacer para comunicarnos? (lágrimas le brotaron de sus ojos aguados).

¿Cómo puedes contestar una pregunta tan dura?  contestarla de una manera que él pudiera entender y encima con el corazón partido teniendo que aparentar estar fuerte y segura de tus palabras.  ¿Por qué en todo el aprendizaje que te dan desde pequeño no te enseñan a responder preguntas de esta magnitud y a comunicarte "como debe ser"?

Yo no estoy segura si la pude contestar bien.  No estoy segura si me pude comunicar bien.  No estoy segura.  No pude ser fuerte, mis ojos se llenaron de lágrimas (y lo siguen haciendo), mi voz se quebró, le agarré la mano y le dije (tratando de verlo a los ojos, aunque sin poder hacerlo pues él miraba hacia otro lado): "Papito, siempre vamos a encontrar la manera de comunicarnos. Nosotros somos pilas y siempre encontraremos formas y si no logramos hacerlo con palabras, lo vamos a hacer con el corazón". Él respondió: "Bueno"

Te amo papi, Siempre te amaré y siempre encontraremos la manera, te lo prometo.




- Las jaulas de oro -

Hay sueños que solo existen en tu cabeza.  Historias que te creas y quisieras se volvieran realidad.  Amores que nunca olvidas; profesiones ...