jueves, 29 de mayo de 2014

- La mirada -

Cruzando la calle, se topó con su mirada.  Los años habían transcurrido.  Apenas unos cuantos.  Las pieles ya tenían las señas de todos esos años.  Cada una de las arrugas, contaba una historia, una alegría, un desánimo.  Como dos extraños, pudieron seguir caminando sin verse, pero había algo en la mirada que lo dejó estático.  Sin poder dar un paso más, respiró.  Suspiró.

Ella, caminaba pensando en todas las cosas que tendría que hacer ese día;  que si el súper, que si el perro, que si su hija, que la medicina...no se percató de sus alrededores.  Iba con prisa, pues ya se le había hecho tarde.  Tomó su morral, pues algunas cosas nunca cambian, y comenzó a buscar sus llaves.  No las encontraba.  Comenzó a sacar una a una las cosas que llevaba.  Su billetera, sus facturas, su paleta de chocolate, sus chicles.  Nada.  Guardó nuevamente todo y comenzó a buscar en las demás bolsas.

Un auto pasó cerca y bocinó.  Eso la distrajo y se asustó.  Dirigió su mirada hacia el auto, sin dejar de buscar sus llaves, y espero a que éste pasara para ver quien había bocinado y tratar de comprender por qué lo había hecho.   Era un auto blanco, con vidrios polarizados.  No logró ver quién manejaba.  Pasó justo al frente de ella.  Del otro lado de la calle. 

El auto pasó.  En un segundo, su mente se puso en blanco.  Tartamudeó.  Olvidó lo que estaba buscando.  Trató de ver hacia otro lado en una señal de reacción, no pudo.  Se topó con su mirada.  

Tal cuales extraños lejos de una sola realidad.  ¿Se conocían? 

Él había cambiado.  Su rostro no era el mismo.  Sus manos no eran las mismas. 
Ella había cambiado.  Su cuerpo no era el mismo.  Su semblante se veía cansado.

El tiempo, a pesar de los cabellos plateados y las líneas de expresión, no había pasado.  Las mariposas revolotearon.  Los corazones palpitaron en medio de gritos que no se escuchaban por ningún lado.  La calma se mantenía tratando de descifrar si era precisamente aquel amor de antaño. Aquel amor que hablaba en silencio.  Aquél amor que un día dio la vuelta creyéndose no volver a ver. A sentir.

Nada había cambiado.  En milésimas de segundo, los recuerdos de años dorados pasaron por cada uno, reflejados en esa mirada que los encontró.  Como pudo, y sin que pasara un momento más, él dio el primer paso, ella lo siguió.  

Y en medio de la calle, sin importar nada alrededor.  Ella dijo: "Hola" y él, él la abrazó.

- Las jaulas de oro -

Hay sueños que solo existen en tu cabeza.  Historias que te creas y quisieras se volvieran realidad.  Amores que nunca olvidas; profesiones ...