martes, 30 de abril de 2019

- El ataque de tu ausencia -

Comienzo a sentirme extraña. Un dolor en el pecho, mirada de asombro, miedo y falta de entendimiento.  Luego, el dolor se vuelve intenso, pero no es un dolor fuerte, o sí, pero no tanto como para pensar en un infarto.  Solo se vuelve constante y profundo, tan profundo que duele bien adentro, como si no tuviera fondo, como puñal.  

Comienzo a sentir un cambio en mi respiración.  De pronto, noto que respiro, pero el aire no entra.  Me comienzo a sofocar.  La falta de oxígeno me asusta, trato de respirar más rápido a modo que el aire entre, pero no, se queda en algún lugar entre la nariz y la garganta, sin llegar y sin siquiera rozar los pulmones.  Comienzo a agitarme, a asustarme.  No sé qué está pasando.  

Cierro los ojos y pienso, en esas milésimas de segundo que se sienten eternas, qué me está pasando.  Reacciono y me repito que no puedo perder el control.  Comienzo a inhalar por la nariz y exhalar por la boca, tan poco como puedo y tan rápido como logro.  Inhalo y exhalo.  Inhalo y exhalo.  

Logro sentir que el aire comienza a llegar, comienzo a tener control de mi respiración.  Control de mi dolor.  Inhalo y exhalo y me repito "no puedo perder el control".  

Acabo de tener un ataque de ansiedad y como éste, otros cuántos cada vez que pienso en ti y que duele pensarte.  Hoy, por ejemplo, tuve ocho.  

Trescientos sesenta y cinco días de extrañarte demasiado.

- Las jaulas de oro -

Hay sueños que solo existen en tu cabeza.  Historias que te creas y quisieras se volvieran realidad.  Amores que nunca olvidas; profesiones ...