miércoles, 10 de febrero de 2016

- El amor crece en la sombra -

Hoy, tuve una plática interesante con quien, por el momento, es mi guía personal.  Dentro de la misma, yo le cuestionaba el hecho de si realmente la emoción que nosotros sentimos al ver al alguien, ese hormigueo, "aguadez" de piernas, temblor de cuerpo, falta de control en uno mismo, etc., realmente existía, es decir, realmente es generado inconscientemente o si era parte de lo que uno creaba con la mente (no sé si logré explicarme bien, pero el asunto era ese). 

Después de una larga explicación en la que me mencionó dos frases que por algún motivo se grabaron en mi mente: 1. La tumba del amor es el matrimonio; 2. El amor crece en la sombra, su respuesta más asertiva fue: "Según mi experiencia personal y clínica, la verdad, mi respuesta es: no sé".

Él me explicaba que en muchas ocasiones mientras más se convivía con la persona y se llegaba a conocer, el amor se transformaba y en ocasiones se moría. Pero qué pasaba con aquel amor que no se alimentaba a diario, que se mantenía bajo la sombra y que de vez en cuando le caía un rayo de luz; ese amor normalmente se mantenía, porque no había motivo, razón o circunstancia para morir.  Solo estaba allí, en la espera.

Diferí un poco de lo que me explicaba, pero realmente me puso a pensar.  Yo no quiero un amor que crezca en la sombra y tampoco enterrar un amor por matrimonio.  Yo quiero un amor que crezca a la luz de la luna, que baile bajo la lluvia, que resplandezca sobre las estrellas, que vea el amanecer y se alimente del sol.  Quiero un amor, si no para toda la vida, que me haga tan feliz que no tenga necesidad de volver a amar.  Quiero un amor que me alimente la vida y que me la complemente.  

En otra ocasión, hablando con un amigo, me dijo algo que también me hizo mucho sentido: "Él/Ella formó parte de la etapa más feliz de mi vida y por eso necesito saber que está allí" y eso es cierto, las personas que formaron parte de la etapa más feliz de nuestras vidas, de alguna u otra manera, necesitamos tenerlas cerca, saber que están allí y, sobretodo, saber que están bien.  

En resumen, a pesar que pueda ser cierto o no lo que se platicó o se dejó de decir, si me expliqué o no, no importa, como lo hablamos hoy con él, quizás en 20 años podremos tomarnos un café...o no...




- Las jaulas de oro -

Hay sueños que solo existen en tu cabeza.  Historias que te creas y quisieras se volvieran realidad.  Amores que nunca olvidas; profesiones ...