martes, 13 de abril de 2010

- Aquella soledad, mi soledad -

¿Cuántas veces tuve miedo de estar sola, cuántas veces luché contra la soledad y lloré por no sentirme acompañada? Recuerdo unas sabias palabras de alguien muy especial que un día me dijo “la soledad hay que abrazarla, hacerla su amiga, no temerle.”

Un día, Puse en práctica ese consejo que, en su momento, sentí iba a ser imposible, sin embargo, ¡lo conseguí! Pero ¿cuál es el efecto secundario de no temerle a la soledad? mi soledad…mi tiempo, mi espacio.

Extraño aquellos momentos, en los que el día a día siempre me daba el espacio para conversar conmigo misma, tomarme un café, invitarme al cine, irme de viaje. Ahora, si mucho, tengo el momento que voy dentro del carro para compartir conmigo.
Añoro aquellos momentos, en los que cerraba la puerta de mi cuarto con llave y nadie podía entrar. Los momentos en los que tomaba las llaves del carro y viajaba sin rumbo fijo y sin saber cuándo o a qué hora iba a regresar.

Amo mi soledad. Abracé a mi amiga, ¡mi mejor amiga! y aprendí a quererla (me) y respetarla (me). La hice parte de mí, de mi conciencia e inconciencia; De mi ser.

Esto me hace pensar, darme cuenta que muchas veces dejamos escapar nuestros momentos y nuestros espacios sustituyéndolos por momentos y espacios de terceros, el esposo, los hijos, los amigos, la familia, hasta el trabajo.

Pero qué pasa cuando te das cuenta, cuando quieres recuperar tu espacio, tu tiempo perdido. Cuando quieres ponerte al día de tu vida contigo misma. ¿Cómo te sientes? ¿Triste? ¿solo? ¿perdido? ¿Cómo?

No pierdas tu espacio, no pierdas tu tiempo, acompáñate, apréciate, respétate, cuéntatelo todo, no te escondas nada….pero sobretodo, ¡ACEPTATE! Eres lo más maravilloso que puedes conocer, te lo aseguro.

- Las jaulas de oro -

Hay sueños que solo existen en tu cabeza.  Historias que te creas y quisieras se volvieran realidad.  Amores que nunca olvidas; profesiones ...