jueves, 19 de mayo de 2022

- Sueños húmedos -

Como cada mañana, tus brazos me rodean, tu boca besa mi espalda y tus manos comienzan a recorrer mi cuerpo, comenzando por mis pechos, mi espalda, mi cintura, mi cadera.

Es imposible no ponerme en posición, no arquear mi espalda desnuda si mi cuerpo te desea, mis labios se estremecen y los otros, palpitan.

Pero esta vez, tú, tú no corres prisa. Tú me acaricias con los dedos mientras vas besando lentamente mi cuerpo, sin presión, respirando sobre cada uno de mis poros enchinados de frío y calor. 

Sonrío. Y dirijo mi mano queriendo alcanzar ese trozo de carne que estremece mi ser. Lo encuentro, está listo. Tan listo y deseoso como mis labios húmedos. Listo para dejarse sentir. Tan duro y firme. Pero sin prisa. Él no tiene prisa. Él no quiere coger aún. 

Quiere sentirme, tocarme, estremecerme. Él no quiere poseerme. Me desconcierta. Volteo un poco y con una sonrisa entre los labios y colocando el dedo índice en su boca, me dice shhh. 

Me convence en esperar y presto atención a cada uno de sus movimientos. La posición de su cuerpo, de sus brazos, de sus manos, sus dedos, acariciándome lenta y suavemente, bajando hacia mis labios, jugando con mi humedad. Gimo de nerviosismo y placer mientra él me recorre en la intimidad. 

Se acerca e introduce lentamente su pene en mi vagina, rodéandome con sus brazos, juntando cuerpo con cuerpo, besando mi cuello y sintiendo ese frénesi de escalofrío que pocos se permiten sentir en un acto tan sensual. 

De pronto, abro los ojos a la realidad de un día más....un día más en el que no estás. Y despierto sola, sola con mi humedad...


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