Por el miedo a enamorarme, por el miedo a desilusiones, por el miedo a soltar y saber que no te podré besar más es que mi corazón está a medias.
No me pidas besos completos ni eternos, ni reconocer mi cuerpo, porque quizás sí pueda dártelos, pero tienen fecha de caducidad.
Tengo un par de alas que quisieran volar y un par de sueños que alcanzar, pero están un poco lejos de la realidad.
La realidad que tú conoces y que no va lejos de mi esencia, pero que, en mi pérdida y ausencia, ya no he podido revelar.
Mi corazón está voraz y sangriento, es un corazón a medias, a medias que puedes tomar. La pregunta es: ¿te quieres arriesgar?
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