- Hasta hoy, he apendido -

Hasta hoy, he aprendido que la vida no es tan fácil como la pintan, que la fuerza no es la que se mide, sino la interna, el poder de caer y saber cómo, cuándo y a qué hora levantarse. He aprendido a amar sin conocer, a confiar, ver, sentir y discernir sobre cada una de las cosas que rodean mi ser.

Hasta hoy, he aprendido sobre el dolor profundo; que el corazón sí duele y el dolor es insoportable. He aprendido que es más fácil llorar viendo un programa o una película que por gusto y gana. He aprendido que duele perder a alguien, pero duele más cuando te pierdes tu mismo. He aprendido que las personas que más amo son aquellas que me han hecho lo que soy, que me hacen reir, llorar, pero lo más importante, soñar. He aprendido que los sueños deben construirse sobre la propia vida, pues solo así se puede asegurar su cumplimiento.

Hasta hoy, he aprendido que el orgullo puede hundirte, que la ansiedad puede matarte, que la tristeza es un vacío, que las lágrimas, un alivio. He aprendido a mirar de frente, a hacerme responsable de cada una de las consecuencias de mis decisiones, a pensar antes de actuar y a agradecer por cada uno de los tropiezos y de las manos amigas que me ayudan a levantar. He aprendido que la sinceridad es un arma de dos filos; que la comunicación es un camino; que ignorar es huir y cantar es sinónimo de calmar. Que el que no sabe, pregunta; el que no tiene, pide; el que no ve, no existe. He aprendido a bloquear mis emociones y exclamar a Dios en mis oraciones.

Hasta hoy, puedo decir que mi vida no ha sido fácil, pero tampoco he tenido pruebas tan duras, pues cuando veo a mi alrededor, veo el poder de Dios sobre mi haciéndome saber cuán bendecida estoy. ¡Gracias mi Dios!